Hay una expresión popular que reza: el Lozoya lleva el agua y el Jarama la fama. El río Lozoya es el principal abastecedor de agua potable de la provincia de Madrid. Su agua está considerada como una de las de mayor calidad para el consumo humano de España.

Arroyo de la Angostura a su paso por «La isla»

Arroyo de La Angostura desde el puente de «la Isla»
En su tramo inicial, el río Lozoya recoge las aguas de los arroyos de la Laguna Grande de Peñalara, de las Guarramillas y de las Cerradillas, todo ello dentro del término municipal de Rascafría, en este primer tramo el río recibe el nombre de Arroyo de La Angostura. Empieza a ser identificado como Lozoya cuando a este se unen a los arroyos de Umbría y Aguilón.

Pequeña cascada debajo del puente de «La Isla»
Rascafría es uno de los municipios más sorprendentes y bellos de la Comunidad de Madrid. Además de ser uno de los mayores de la provincia, su ubicación rodeado de montañas le otorga multitud de rincones naturales y otros creados por el hombre que desde hace siglos le han dado un gran valor ecológico e histórico.

Vista de la Presa del Pradillo desde el margen izquierdo del arroyo de La Angostura.
El límite sur del término de Rascafría discurre por la Cuerda Larga, en donde se elevan las cumbres de Guarramillas, Valdemartín y la Cabeza de Hierro (2.383 m). Al norte de estas cumbres nace el arroyo de la Angostura que más tarde toma el nombre de río Lozoya. En él vierten numerosos arroyos: desde el Sur, el Aguilón, Guarramillas, el de las Cerradillas, el de Valhondillo, el de los Machos y el de la Najarra, que llegan al río a través de profundas gargantas. Desde el Norte destaca el Arroyo de la Umbría que, procedente de Peñalara (2430 m), recoge las aguas de los arroyos de la Pedriza, el Berzal, el de los Pájaros, y el Arroyo del Artiñuelo, que bordea el pueblo.
A los numerosos valles, arroyos y torrenteras que tiene Rascafría hay que añadir las lagunas glaciares de Peñalara, en el Parque Natural de Peñalara.

Vista superior de la presa del Pradillo desde su margen izquierdo.
Su curso va de oeste a este, a diferencia de la mayoría de los ríos madrileños que surcan la comunidad de norte a sur. El río atraviesa primero la fosa tectónica comprendida entre la sierra de la Cuerda Larga y los Montes Carpetanos, en la zona conocida como valle alto del Lozoya.

Vista de la presa del Pradillo desde su margen derecho
El territorio posee un alto valor paisajístico, es bellísimo, encontrándose poblado de espesos bosques de robles, abedules, acebos y pinares que alternan con prados.

Vista de la Presa del Pradillo rodeada de bosques.
La Presa del Pradillo
Tomando desde Rascafría la carretera M-604 que va a hacia el Puerto de Los Cotos, pasamos junto al Monasterio del Paular, al otro lado de la carretera dejamos el arboreto Giner de los Ríos y el Puente del Perdón. Unos kilómetros después pasaremos de largo el área recreativa de Las Presillas, para llegar a otra zona recreativa llamada La Isla, donde hay varios restaurantes en una gran explanada que sirve de aparcamiento, y de donde parte un camino junto al arroyo de la Angostura, aguas arriba.
Tras un corto paseo desde La Isla, se llega a la antigua presa del Pradillo, un antiguo salto de agua ya abandonado que sirvió como fábrica de luz para el pueblo de Rascafría, se sitúa en pleno valle de la Angostura, el embalse del Pradillo retiene las aguas del arroyo que da vida después al río Lozoya, sus aguas saltan por encima de la misma creando una bonita cascada digna de ver en cualquier época del año.
En las inmediaciones de la presa del Pradillo, aún se pueden ver las antiguas estructuras que se usaban para la generación de electricidad con el salto de agua, el embalse del Pradillo está totalmente rodeado por un viejo bosque de pinos, muy espeso, haciendo así que pasear en verano por sus senderos sea una delicia debido a las sombras y la frescura que le da el arroyo de la Angostura antes de convertirse en el famoso río Lozoya tras recibir las aguas del arroyo de la Umbría y del Aguilón.
Subiendo a la presa, por un pequeño sendero, el estruendoso espectáculo de la cascada cambia por un plácido embalse rodeado de pinos que se reflejan en sus aguas tranquilas. Continuando por la orilla, el agua, el bosque y las pequeñas praderas hacen de este lugar un rincón único para pasar una buena jornada en plena naturaleza.