La flora de la sierra de La Cabrera 15, Quitameriendas

La flor que anuncia el otoño. Quitameriendas, Colchicum montanum, Merendera montana.

La sabiduría popular afirma que el origen de este curioso nombre se debe a que, antiguamente, los pastores o trabajadores del campo se regían por la luz del sol e incluían sus comidas en la jornada laboral. Así, según se iban haciendo las tardes más cortas las horas de luz se iban reduciendo y se tendía a eliminar una de las comidas del día, generalmente la merienda, ya que se adelantaba la cena.

La mayoría de los nombres son referencias de carácter estacional, dado que la planta florece en otoño. Además de ‘quitameriendas’, en la provincia salmantina estas flores también son conocidas como lirios de otoño, aunque su nombre popular depende del lugar en el que brotan. Por ejemplo, ‘merendera’ o ‘alzameriendas’ son términos empleados en otras provincias castellano y leonesas, ‘escusameriendas’ en Aragón, ‘merendeira’ en Galicia.

Los nombres riojanos de espachapastores y aventapastores hacen referencia a que, cuando empezaban a asomar, los pastores debían prepararse para marcharse a la trashumancia.

Otro de los nombres que recibe es el de mataborregos, que tiene que ver con el contenido en alcaloides que pueden provocar problemas en bóvidos y otros herbívoros. De todas maneras en La Cabrera puedes ver a las vacas y sus chotos pastando entre las quitamerendas, incluso comerlas y no parece afectarles lo más mínimo.

En zonas de montaña de Aragón y de gran afluencia turística, algo ya más propio de los últimos tiempos, se usa el nombre de espachaveraneantes, que cuando aparece la merendera los veraneantes van abandonando la comarca.

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Un remember para Paco

Es difícil escribir algo que esté a la altura de un buen amigo cuando ya no está con nosotros, aunque realmente sigue estando muy presente en nuestros pensamientos. Las fotos siguientes son de una bonita mañana de verano en Buitrago y van dedicadas a Celia, sus hijas y el resto de su familia … Para terminar, rescato un poema del gran Miguel Hernández, unos versos que me hubiera gustado escribir de mi mano para dedicárselos.

Elegía

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.

Miguel Hernández

Elegía es el título por el que se conoce a este poema, que además es un subgénero de la poesía lírica pensada para mostrar el lamento por la muerte de un ser querido. Este poema muestra el corazón resquebrajado de Miguel Hernández que se ha visto sumido en la más auténtica desolación ante la muerte repentina de su amigo Ramón Sijé.