Los bosques siempre se han relacionado con la magia, el misterio y lo desconocido. Han sido siempre escenario de cuentos, referentes de nuestra cultura y fuente de inspiración para el arte. Tienen el poder de proteger el medio ambiente mediante procesos naturales autorregulables, tienen la capacidad de regular el ciclo del agua al funcionar como esponjas, protegen los suelos de la degradación producida por la erosión y son auténticos reservorios de la biodiversidad. Los bosques funcionan como verdaderos sumideros de CO2, fijan el carbono y absorben eficientemente este gas de efecto invernadero, siendo aportadores netos de oxígeno, sobre todo en masas arbóreas jóvenes o en crecimiento. Por ello son nuestra mejor protección contra el calentamiento global. Los bosques han sido siempre una fuente de recursos económicos para el hombre, la madera como material de construcción ecológico, el bosque como soporte para la producción ganadera extensiva, la caza, la miel, las setas, los frutos silvestres, las resinas, la biomasa como combustible, etc etc. Además se han convertido en un atractivo reclamo turístico ya que embellecen el paisaje. Son esos lugares donde el silencio es sabio, lugares que desde la noche de los tiempos han sido la farmacia de los alquimistas y el refugio para los buscadores de sombras.
Todos los bosques son especiales, cada uno tiene un encanto particular, tanto es así, que cualquiera querría perderse en ellos para descubrir sus secretos. Podríamos citar muchos ejemplos de diferentes tipos de bosques:
El Bosque Hallerbos en Bélgica, que cuando llega la primavera florecen miles de campañillas creando una intensa alfombra azul en el suelo, un efímero espectáculo que apenas dura unos días.
El Bosque de Bambú de Japón, situado cerca de Kioto. Formado por enormes árboles de Bambú perfectamente alineados de hasta 20 metros de altura.
La Selva de Irati en Navarra, un precioso hayedo que en otoño se convierte en una espectacular paleta de colores donde contrasta el verde del musgo con los rojos, ocres y amarillos de las hojas caídas en el suelo.
El Bosque del lago Caddo, en Texas (USA), un impresionante bosque de cipreses de los pantanos, que unido a la niebla le da un aire tenebroso y fantasmagórico.
El Bosque de Sherwood, el legendario bosque de Robin Hood, más de cuatrocientas hectáreas de una espesa masa de robles centenarios.
Secuoya National Park en USA, un bosque formado por los gigantes del reino vegetal, Secuoyas gigantes donde destaca sobre todos el «General Sherman» con sus 84 metros de altura y 11 metros de diámetro.
La lista de bosques mágicos en el mundo es muy extensa y variada, pero hoy haremos un recorrido por un bosque madrileño, más en concreto por el bosque de «La Dehesa Bonita» de Somosierra. Un pequeño y singular bosque vestigio de las épocas glaciares pasadas. Un pequeño tesoro formado por robles, acebos, avellanos, serbales, pinos y sobre todo por abedules, que si en otoño luce con esplendor por su colorido, en invierno ofrece una maravillosa visión para los ojos cuando la nieve cubre las ramas de los árboles que lo forman.



















