Las cascadas del Purgatorio de Rascafría.
No se sabe a ciencia cierta quien puso el nombre a este recóndito lugar, puede ser que se le ocurriese a algún cartujo del cercano Monasterio del Paular (Rascafría), pero es fácil imaginar que lo hiciera alguien, fuese religioso o no, que hubiera leído la Divina Comedia de Dante Alighieri.

Cascada del Purgatorio desde el mirador
Las cascadas del Purgatorio son un pequeño conjunto de saltos de agua situadas en la zona central de la sierra de Guadarrama, perteneciente al Sistema Central, en la cabecera del valle del Lozoya, en la vertiente norte de la alineación montañosa de Cuerda Larga, dentro del término municipal de Rascafría, en el noroeste de la Comunidad de Madrid.

Arroyo Aguilón
Las cascadas se localizan en el arroyo del Aguilón, uno de los afluentes más caudalosos del río Lozoya, en el punto en que supera una barrera rocosa a través de un estrecho desfiladero. Hay dos saltos principales: la cascada Baja, un salto de agua muy vertical de una altura de 10 metros y situada a una altitud de 1350 metros, y a unos 200 metros aguas arriba, la cascada Alta. Este segundo salto es de 15 metros y está más encajonado.

Monasterio del Paular desde el Puente del Perdón
Para llegar a ellas, se pueden utilizar las diversas pistas que recorren la cabecera del arroyo Aguilón. La ruta más utilizada por los excursionistas, de 6 km de longitud, parte del monasterio de Santa María del Paular, desde este punto, se atraviesa el puente del Perdón que queda enfrente y de aquí se continua por la antigua carretera de Madrid, el Camino Viejo de Madrid.

Río Lozoya desde el Puente del Perdón
Tras dejar a la derecha la zona recreativa de Las Presillas, se toma un desvío a la izquierda convenientemente señalizado. Después se llega a un puente de madera sobre el arroyo Aguilón que hay que cruzar, aquí acaba el camino y comienza un sendero serpenteante y estrecho de 1,5 km de longitud, que remonta aguas arriba el arroyo hasta las cascadas, llegando así a un mirador de madera situado en frente de la cascada Baja.

Puente de madera sobre el arroyo Aguilón
El acceso a la cascada Alta no se ve desde este punto, exige salvar la gran roca que hace de pared o dar un rodeo campo a través por el pedregal de fuerte pendiente que queda en la margen izquierda de la cascada baja.

Cascada del Purgatorio, arroyo Aguilón

Arroyo Aguilón

Arroyo Aguilón

Arroyo Aguilón

Primavera en el Arroyo Aguilón
El Purgatorio de Dante
El Purgatorio es el segundo de los tres cantos de La Divina Comedia. Lo antecede el canto del Infierno y le sigue el canto del Paraíso. El Purgatorio de Dante se divide en siete escalones, en los cuales se expían los siete pecados capitales: soberbia, envidia, ira, pereza, avaricia, gula, lujuria. Su estructura es la imagen inversa del Infierno, pues si el Infierno es un abismo, el Purgatorio es una montaña, y el orden de las penas en el camino de Dante va del pecado más grave (la soberbia) al más leve ( la lujuria, o sea, el amor que se excede en la medida). Al pie de la montaña se encuentra el Antepurgatorio, y en la cima el Paraíso terrestre
Cada escalón de la montaña tiene un Ángel custodio, precisamente son los Ángeles de la humildad, de la misericordia, de la mansedumbre, de la solicitud, de la justicia, de la abstinencia y de la castidad. En cada escalón del Purgatorio, los que expían las culpas tienen ante sí ejemplos del vicio castigado y de la virtud opuesta. En la entrada del Paraíso terrestre las almas del Purgatorio ya están salvadas, pero antes de llegar deben subir la montaña para expiar sus pecados como hacían en los tiempos de Dante los peregrinos que se dirigían hacia Roma o hacia Santiago de Compostela para hacer penitencia. Cada alma debe por consiguiente recorrer todo el camino y purificarse en cada escalón del pecado correspondiente. El Purgatorio tiene la función específica de expiación, reflexión y arrepentimiento, y es solo a través del camino, es decir de la peregrinación hacia Dios, que el alma puede aspirar a la redención. Esto también vale para Dante, quien al principio tiene grabadas en la frente siete «P», que simbolizan los siete pecados capitales. Al final de cada escalón el ala del Ángel custodio borra una de ellas, indicando que el pecado específico ha sido expiado.
Es un paisaje invernal que tiene algo de desolación. Gracias por presentarlo. Un abrazo.
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Gracias a ti Carlos por comentar. Un saludo
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