No hay mejor sensación que romper el silencio de la nieve con el crujido de tus pasos. Si además nadie ha pisado antes esa nieve, la sensación es doblemente placentera. Hoy por ser la primera se la vamos a dedicar al amigo Antonio.
Escuchar el sonido del agua helada de las fuentes
Ver la tranquilidad de las lagunas heladas
Sorprenderse del paisaje al ver como se levanta la niebla
La alegría de volver a casaY para terminar el día, el calor de un buen fuego